Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Semana

La besé un lunes
el martes ya estaba en mi cama,
olía a miercoles entre sus piernas
cuando el jueves sus pechos hacían de almohada
yo tenía mente de viernes y sin frenos,
ella de sábado sin pausa,
su cuerpo era un domingo perfecto,
el mio el amanecer de otra semana.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario