Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Contigo

Contigo no hizo falta fijarme en los detalles del tiempo. Contigo el tiempo no era un minuto más sino un inigualable momento.

Contigo no me importaba si era imperfecto o si tú tenías miles de defectos. Contigo me importaba que tú eras libre y mía como del viento.

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