Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Le cedo la palabra

Ya usted sabe que yo existo, usted sabe dónde estoy, usted sabe lo que siento, incluso creo, que usted sabe lo que pienso. Aunque no me despido, ni me marcho, desde hoy guardaré silencio. Le toca a usted, es su turno, yo le cedo la palabra.

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