Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Se quitó la ropa

Se quitó la ropa, me abrazó por la espalda y dijo:

"Hoy no quiero a un caballero en mi cama, piérdeme el respeto, muérdeme las fantasías, átame a tus locuras, quiero ser la esclava de tus orgasmos, jálame del cabello, hazme llorar de placer, quiero que me duele el sexo, y por favor, no te limites, hazme tuya".

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