Yo no te olvido, habitas en un lugar donde nadie puede tocarte, donde nadie sabe que existes, donde nadie puede herirte, ni yo con mi olvido, ni tú con tu ausencia.
Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.
La promesa del reencuentro
El amor era perfecto, salvo por algunos detailes de distancia, de circunstancias y de tiempos. Pero nada importaba. Nada era más importante que el amor y la promesa del reencuentro.
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