Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Me quedé varado

Entre poder hacer todo y nada, ahí me quedé, varado, mirando tantas puesta de sol en solitario. Entre irme y quedarme, ya sabes lo que por ti hice, y más que esperarte o echarte de menos, quizás verte volver, habría hecho de mi otro ser. Pero nadie quiere regresar a donde siente que ya no pertenece, y sé, ahora, que conmigo, no podías ser, ni pertenecer, tampoco estar.

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