Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Que te den

Será tarde,
cuando pretendas volver aquí,
ya será tarde.

No voy a esperarte
porque me has demostrado
que para ti era más importante
ser un minuto con cualquiera
antes que una vida conmigo.
No voy a esperarte porque
no tiene sentido quedarme
tanto tiempo bajo la lluvia, mojándome
por una persona que no merece
ni un rayo de sol junto a mí.

Ninguno,
ninguno de todos aquellos
iba a ser capaz de llenar esa parte de ti
que tanto odias,
ninguno va a entender tu miedo
a quedarte sola,
ninguno se aprenderá de memoria
cada paso que das,
y por eso no voy a esperarte
porque no te diste cuenta
de que lo que tenías en casa
te iba a valer para construir palacios.

No voy a esperarte,
pues tú te fuiste cuando
a mí lo que me hacía falta,
era que te quedaras.

Tú, más que ninguna otra,
me ha enseñado que más me vale
quererme a yo,
antes que esperar a que lo haga alguien,
y por eso no voy a esperarte
porque ya no te quiero,
porque ya no daría lo mejor de mí
por ti.

No puedo quedarme anclado en una persona
que creí mar
y resultó ser desierto.

No voy a esperarte,
ya ves,
esta soledad mía da mucho juego,
y contigo,
ya no voy a ganar ninguna partida.
No voy a esperarte,
pues si no estuviste cuando lo necesitaba,
no mereces estar a mi lado
ahora que todo va bien.

No voy a esperarte,
ya me he ido.
Te he dejado tus cosas
en la puerta de casa.
Por fuera.
En una bolsa negra.
No pases por ellas.
Que te den.

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