Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Tiene que existir la manera

Tiene que existir la manera de volvernos sin retroceder y poner tus negaciones junto a mi retórica, mi retórica junto a tu realismo, mi poema en tus muslos, tus muslos en mis manos, mis manos en los mitos que nos trae cada noche sin armadura. Ya veremos como nos ordenamos... Por ahora oponernos al final es mantenernos vigentes.

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