Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Tú, casi nada

Claro que sí. 
Cómo no voy a pensarlo. 
Como no voy a tener ganas de llegar y que estés tu después de uno de ésos días que te dejan agotado. 
De mosquearte con mis bromas pesadas. 
De soltarte cualquier tontería amorosa y escucharte decir « con ésas cosas me ganas» 
Como no voy a pensarlo. 
Como no voy a tener ganas de que sean tus buenos días al despertar Ios que me alegren todas las mañanas. 
De darte unas buenas noches de ésas largas que te hagan soñar antes de meternos en la cama. 
Como no voy a pensarlo. 
¿Qué te hace dudar que no tengo ganas? 
Dime mi vida. 
Es que tú puedes dudar de que yo contigo ya no quiero soñar. 
Soñarte, soñarlo... hasta hacerlo realidad. 
No Io dudes ni un segundo, que no hay ni un solo día en el que no me pare a pensar que es muy fácil para Ios demás decir aquello de «nunca hay que volver atrás» pero si estás tú... 
¿Porqué no? 
Ya ves, Tú, casi nada.

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