Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

La ausencia

Cuando asfixia la ausencia, 
es la memoria, 
movida por la necesidad, 
la que aprieta por todas partes:

me encuentro gravemente herido de nostalgia.
¿Cuánta memoria puede soportar la consciencia?
Siempre siento estar al límite, 
mientras dura el periodo involuntario de abstinencia.

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