Prefiero tocar solo una vez la puerta, y si no me abren quizá le tire piedrecitas a una ventana, o deje un listón atado en alguna cerca, y si no me abren... no volveré a acercarme ni en otra vida, ni en otro año, ni en otra mañana.
Y no es que no pueda seguir tocando, e intentando, o que se me evapore el deseo o la ilusión en una madrugada, es que hay tantas puertas, y tantas cercas, y tantas ventanas, que saber que no abren y seguir tocando es perder el tiempo, es gastar la vida en nada.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario