Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

La lectura

La lectura es un placer que aprendí desde niño, placer impulsado por mi madre. En mi adolescencia llegué a leer 50 libros al año, record que pensé que nunca superaría.

Pasó el tiempo y siendo estudiante de ingeniería compré mi primer automóvil disminuyendo mi hábito por los libros, pues ya no contaba con el tiempo para hacerlo y que el transporte público me facilitaba... hasta hace unos años.

Ximena, mi unigénita, me apostó a que leía más libros que yo en un año y cogí mi viejo hábito. Al fin del año yo había ganado el reto por un par de libros, 14 o 15, ya no recuerdo.

Cabe aclarar que cuando digo lectura, me refiero a leer libros que no sean técnicos, de estos, por mi actividad profesional, leo varios al año.

El año pasado leí fácilmente 26 libros, este 2018 después de 9 meses he completado 30 y sigo leyendo.

Escribo esto como un recordatorio de un hábito que había perdido y que ahora he recuperado con mayor placer. Esto se debe a que ahora mi placer es doble.

Explico lo anterior, me considero un lector que prefiere el artesanal libro, su olor y su sensación al tacto, pero principalmente porque visualmente puedes ver tu avance en dicho elemento.

Pero recibí de regalo un libro electrónico; "Fire and Fury", confieso que en el pasado había intentado sin éxito leer en mi tablet, no me acostumbraba y volvía invariablemente al libro impreso. El mencionado libro me llevó un mes en terminarlo por las razones antes descritas.

Pero hace unos meses surgió con mi hábito de leer un vicio que había dejado; leer dos o hasta tres libros en un mismo día. Y vino a mi una epifanía, leer el libro impreso durante el día y otro electrónico por la noche.
No pienso dejar de leer libros impresos, es un placer que me alimenta y necesito, tengo una decena esperándome en mi mesa de noche y poco más del doble en mi tablet. Pero al final del día y desde mi cama, he comenzado a leer en mi tablet, no sin el riesgo que al dormirme caiga sobre mi cara o al suelo rompiéndose, aunque espero que nunca suceda ni lo uno ni lo otro.

Leer es un hábito, un vicio o una adicción que ha vuelto a mí, llegar a la librería que tengo a cinco calles de mi casa y aspirar el olor de los libros tiene en mi un efecto entre hipnótico y sensual, me proporciona un placer indescriptible que disfruto al máximo.

Leer libros era un placer que casi había dejado, lo había cambiado por escribir, ahora los combino y esto, que puede parecer muy simple, me llena y me hace feliz.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario