Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

LXXVII

Dices que tienes corazón.
Y solo lo dices porque sientes sus latidos.
Eso no es corazón, es una máquina,
Que al compás que se mueve, hace ruido.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario