Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Punto final

Porque cuando te cansas, pero 
te cansas de verdad, 
no amenazas más.

No avisas, 
no juegas, no esperas,
no corres, no persigues, 
no miras, 
no te interesas más
y te detienes; cierras el libro, 
apagas la luz, bajas el telón, 
y punto final.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario