Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

De otoños y primaveras

Quiero vestirme de tu sonrisa 
y ser abrigos, no de una noche 
ni de un eclipse, que seamos alba, melodía, poema y primavera, 
donde el beso embone con el alma 
y pisemos descalzos al miedo, 
sin que el fuego extinga la ternura.


Quiero vestirme de momentos 
no de recuerdos ni de inviernos 
ser tu cómplice y tú la causa de mi sonrisa 
que tentemos al destino con sorpresas 
sin nudos ni ovillos que duelan, 
quiero vestirme de ti, no de olvido.

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