Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

No fue pasajero

Duró poco, pero no fue un amor pasajero. Duró el tiempo suficiente para hacerse eterno en mis recuerdos, en mis fantasías, en mis noches de soledad. Fue tan intenso y real, que lo conservaré por siempre. Lo conservaré en mensajes, en miradas, en caricias, en canciones, incluso en ausencias y silencios. Sin lugar a dudas, pasó, pero no fue pasajero.

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