Sin hablar, sin tocarnos y ni siquiera mirarnos, te presiento, te siento cerca, invariablemente estás conmigo.
En ocasiones puedo adivinar o presentir cuando no estás bien o cuando algo te afecta. También cuando sonríes y tu risa es franca y sincera. Entonces me siento bien porque sé que estás feliz.
Creo que tenemos un nuevo lugar de reunión, además de los lugares acostumbrados. Sé con toda certeza que cuando lea esto, sabrá perfectamente que lo escribo para ella.
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