Querida Rapunzel.
¡No sé qué hacer! No quiero perder al Lobo Feroz. Saltaría a sus colmillos y no me importaría morir, sé que, al menos por un instante, estaré en el cielo. Por otro lado, tampoco quiero lastimar a Sir Robin. El supo cuidarme y aunque no lo amo, siento que soy suya. Tengo miedo de que el Hada Madrina le cuente todo al Lobo. Quisiera aceptar ese maldito café y ordenar mis palabras, pero su mirada aún alborota mis ideas y sé que le mentiría otra vez.
Sin saber que hacer,
Caperucita.
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