Querida Caperucita.
Tan pronto supe tu historia, decidí escribirte. No quiero que cometas mis errores. No puedes vivir tan solo fingiendo ser feliz. Algún día te cansarás y harás más daño del que estas intentando evitar tienes la paz de un lado y el amor del otro. Recuerda que no todas las espinas lastiman ni todas las rosas huelen bien por dentro. Acepta ese café y deja que la gente hable. Jamás sabrás que es el amor, sino amas.
Con la esperanza de que le escribas,
La Bella de la Bestia.
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