Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

LE LLAMAN AMOR

Un día estás tranquilo, navegando libre los mares de la frialdad, regodeándote de las fortalezas de tu corazón y lo bien que te va con la soledad. De repente, se asoma a ti una esencia desnuda que sortea todas tus alertas y atraviesa delicadamente esa burbuja que pensabas era perfecta. Ojos de arcoíris, sonrisa de cielo, (in)verosimilitudes que perturban la paz de tus pensamientos y no te das cuenta que fuiste clavado hasta sentirlo muy, muy dentro.

Le llaman amor.

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