El "para siempre" que se desvanece como el humo en el aire. Promesas de eternidad que se quiebran como cristal frágil. Momentos que creíamos inmortales, ahora solo recuerdos lejanos.
La pasión que ardía como un fuego intenso, se reduce a cenizas frías. Los juramentos de amor eterno, se olvidan como un susurro en el viento. La certeza de un mañana juntos, se desvanece como la niebla matutina.
El tiempo, cruel y caprichoso, nos recuerda que nada es para siempre. Que todo lo que construimos, puede derrumbarse en un instante. Que el amor, la felicidad y la seguridad, son solo ilusiones temporales.
Y sin embargo, seguimos creyendo en el "para siempre". Seguimos soñando con un futuro eterno. Seguimos amando, esperando, creyendo. Porque en el fondo, sabemos que lo temporal es lo único que tenemos. Y que el "para siempre", es solo un espejismo que nos guía hacia adelante.
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