Pensando se quedó, así estuvo toda la noche
en el bosque de la melancolía, no lograba regresar… Desde que Elfo le dio el
Don no dejaba de buscar qué era eso tan especial; el único camino que le haría
regresar al corazón del Caballero.
Ciertamente la Princesa nunca había visto un
Elfo ni se había interesado en ellos, a
pesar de que eran seres mágicos y fantásticos.
En ese momento resonó entre sus pensamientos, que indagando sobre la
vida de los elfos en las aldeas cercanas sin encontrar respuestas que le revelaran
el Don, decidió visitar al sabio que
vivía en un hermoso castillo, en lo alto
de la montaña.
El sabio escuchó amablemente a la Princesa
mientras le platicaba sobre el motivo de su visita, pero le dijo que en aquel
momento no tenía tiempo de explicar el secreto de los Elfos. Le indicó que
diese un recorrido por su castillo y regresase más tarde.
Así la
princesa emprendió su recorrido por el castillo, habían unas escaleras que la
llevaron a la torre más alta, sin saberlo entró a una habitación especial
llamada scrpitorium, como
siempre
curiosa, le llamo la atención algo cubierto con un tapiz rojo, sin
pensar procedió de inmediato a retirarlo, observando un hermoso baúl de
madera muy antiguo. Se
preguntaba qué guardaba celosamente el sabio en un baúl?, Lo abrió y
encontró algunos textos con láminas de oro muy delgadas, manuscritos y
unos epítomes, que comenzó a leer, notaba que sus páginas estaban
decoradas con
bellas ilustraciones llamadas iluminaciones porque les daba la luz.
Ya casi amanecía en el boque de la melancolía
y la Princesa continuaba pensando en todos los intentos que había hecho por saber
cuál era ese don… En los epítomes del
sabio, encontró una sección que estaba demarcada con un hilo rojo, -el cual la Princesa se lo quedó-, los escritos decían:
"Cuando nota tu corazón que el camino empieza a temblar
bajo tus pies…
Cuando tu alma da surcos como un barco en la tormenta
marina…
Cuando la decisión se alza en todo cuanto te concierne…
Cuando el amor se debilita y te derrumbas en el mar de las lágrimas…
¡Deja los tormentos! Vuelve a volar en las alas de tu dragón….
Extiende las alas de la imaginación que anteceden a tu
persona...
En ellas hallaras
también el filo del arma que se ceñirá al cinto en tu camino...
Que tu alma sea libre
en la eternidad del mundo... Busca la estrella que sabes que hay en
ti...
Encuéntrala... aunque tengas que abatir al mismo miedo que en tu corazón
anida...
Recorre las sendas sin temer... Aunque
en la noche oscura el miedo beba en tu piel...
No te dejes vencer nunca...
Sigue hasta lograr llegar a donde morar...
Hasta encontrar el sueño que realidad se hará gracias a tu
fe...
La fe que nunca debe morir en tu corazón... La única en la de debes pensar...
Y nunca perder la
esperanza.
Las
almas fieles que luchan por salir... por salir de la incertidumbre y hallar su
misión en la vida...
Pues esa es la razón eterna de todo ser... hallarse a sí
mismo y a la otra mitad de si mismo que les acompañe a vivir...
Cuando te cuesta sobrevivir y cuando sonreír duele en el
alma...
Busca en tu interior la finalidad que siempre has requerido en tu destino...
Busca el verdadero camino que quieres que bajo los pasos de
tus nobles pies sea forjado...
Camina sintiendo quien eres sabiendo que eres y aceptándote
en vez de engañarte pensando en quien deberías ser...
En cómo te gustaría ser para complacer a los demás... Ahora solo complácete a ti mismo...
Se tu propio señor y ello te dará alas de libertad para
volar libre por los límites de la imaginación".
Busca, busca... Encuentra
en el fondo de ti, de tu ser, de tu corazón.
Sé
fiel a tus sentimientos y nunca dejes que alguien decida por ti.
Tú
confía en lo que ves, en lo que sientes y en lo que intuyes...
Que los sueños no se
pierdan entre mares de recuerdos... Y que los recuerdos nunca sean olvidados pues
son la base de la vida eterna...
El dragón que llevas dentro espera salir de tu corazón cuando
comprendas que tú mismo eres el, lo que buscas lo que persigues, las respuestas que siempre has buscado
están en ti mismo".
Encontrarás el camino hacia el amor verdadero; dejando que
vuestro propio corazón se exprese libremente, que hable por vos, traspasando lo
irreal hasta llegar a mantener unidas nuestras almas.
Ahora
la Princesa inmortalizando en ese momento lo que hacía tiempo había leído en el
castillo del sabio, vislumbró todo. Afanosamente
se levantó, regresó al Castillo y empezó a planificar lo que tenía que hacer.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario