Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Agua y fuego

Seguimos siendo de agua y fuego…
con dos corazones entre las manos,
y las intenciones entre los pies
por si hay que echarse a correr.

Con los sueños sin ayer,
con el hoy entre ceja y ceja
con los pantalones mal puestos
por si las ganas…

Con las palabras descuadradas,
un gato en el techo,
y tres pensamientos
que no tenían tu nombre.

Con la vida hecha ovilla,
para que juegue el gato del techo,
para echarles más azúcar al café,
para las ganas de salir a correr
sin pantalones.

Para soltar los dos corazones
a los sueños del mañana,
o echarlos a las cenizas de la hoguera
que terminó apagando el tiempo,
o dejar un hilo suelto
por si el agua los trae de regreso.

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