Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Sola

No quiero que me vuelvas a decir
eso de que me escribirás cuando llegues a casa.
No quiero volver a tener que acompañarte
por si en alguna calle, algún grupo, quién sabe.
No quiero volver a oír eso de tu boca,
ni de ninguna otra.
No.
Las reglas del juego tienen que cambiar
porque lo que antes era una princesa,
ahora es una guerrera,
porque lo que antes era una utopía,
ahora es una lucha.
Y yo quiero vivir en una sociedad
donde tengas que dejar de ser valiente
a las cuatro de la mañana
porque ya no hay miedo,
porque ellos han aprendido a callarse
a dejarte en paz,
y nada hubiera sido posible
de no ser por tu guerra,
de no ser por tu grito.

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