Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

La playa por la noche

Me gusta la playa por la noche, 
porque se pueden ver las estrellas
y el sonido de las olas
no es suficiente para callar tu voz.

Me gusta
por el brillo en tus ojos
que deja esa luna intermitente.

También me gusta
por la infinidad de constelaciones
a las que le inventamos el
nombre.

Tus labios
dan besos distintos
cuando los dan en la playa
por la noche.

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