Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

SEDÚCEME

Sedúceme a deshora,
en la intimidad de los silencios,
en la soledad de todas las urbes;
sedúceme y dame el placer de tocarte
de sentir tu aroma por dentro,
de introducirme en tu vida por fuera;
sedúceme los ojos, con tus labios curvos;
sedúceme los poros, con tu piel tan suave;
sedúceme la mente, con tu verbo elocuente;
sedúceme completo o por partes,
siendo tan compleja en tus horas bajas,
tan bella en tu infinita existencia

Sedúceme siendo hermosa, cuando vuelas;
sedúceme siendo niña, cuando lloras;
sedúceme siendo mujer, cuando amas,
que yo me enamoro de todo y nada
cuando nada pueda hacerte justicia
cuando todo tenga que ver contigo.

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